domingo, 1 de marzo de 1981

El mundo de lo intangible

Artículo escrito por Sinesio Darnell para la revista Karma-7 número 100, marzo de 1981.

Víctor Estrada


EL MUNDO DE LO INTANGIBLE

En la presente concepción de la Realidad, definida por la Física Cuántica, la existencia de un número indefinido de ámbitos dimensionales es un hecho plenamente aceptado, tanto en la teoría como en la práctica. El siguiente paso lógico es deducir, en forma razonable, que al menos algunos de estos ámbitos (si no todos) han de estar habitados, como lo está el nuestro. Esta podría ser la fácil explicación de la intromisión en nuestra realidad cotidiana de legiones de seres fantásticos que desde siempre han poblado el folklore de todos los Países.


Sé y me consta, que hablar de manifestaciones Hádicas suena a trasnochado, pero ello no es freno, al menos para mí, para que toque este tema. No sé donde leí... que a cierta dama le preguntaron: ¿cree Vd. en los fantasmas...? a lo que ella contestó: No... no creo, pero me dan mucho miedo. En nuestro caso y variando los términos preguntaríamos ¿cree Vd. en las Hadas? Pregunta a lo que seguramente nos hubiera contestado: No... no creo, pero haberlas las hay.

Hoy, en pleno 1981, el mundo «intangible» de las Hadas, de los Gnomos, los Elfos y Devas, de los Trasgos y otros seres, que se dan en llamar equivocadamente (a mi criterio) Elementales, vuelve a ser tema de escritores e investigadores... Sí, así como suena, de investigadores. Estos seres fuera de nuestra tridimensionalidad, y realmente conocidos como Espíritus de la Naturaleza, ya no son sólo narraciones de Perrault, de Grimm o de Christian Andersen; hoy, por el contrario, atraen la atención de los investigadores de una temática tan dispar aparentemente como es la Ufología.

Ante la imposibilidad de explicaciones cartesianas del fenómeno OVNI, ante la irrealizable aspiración —repito— de que nuestra ciencia metódica y analista se ajuste a tal fenomenología, se trasciende hacia la búsqueda de explicaciones paranormales que, al parecer, son las que más se ajustan a las evidencias acumuladas.
El astrónomo alemán Von Hoerner, en su postulado de la mediocridad viene a decirnos: «La Tierra, es un planeta mediocre junto a un sol mediocre, de un sistema planetario mediocre, situado en una galaxia mediocre…»

Indudablemente debemos aceptar la mediocridad de nuestro mundo físico APARENTE... y digo aparente, porque fuera de la limitación enmarcada por nuestro abanico sensitivo, otros mundos que llamaremos «intangibles» vibran y evolucionan paralelamente a nosotros.
Uno de estos mundos es el Hádico.

Mundo Hádico que se escapa de nuestro concepto de mediocridad, y que se pierde en el encanto de lo misterioso. En 1887 orgullosamente Marcelino Berthelot, en una de sus conferencias en la Sorbona aseguraba: «En adelante, el universo no ofrecerá ya ningún misterio...». Ironías de la vida, casi cien años después del veredicto de Berthelot, estamos, más que nunca totalmente inmersos en profundos misterios.

Es evidente que el comportamiento de los OVNIs, es díscolo y caprichoso; tan díscolo y caprichoso como los habitantes de lo «intangible».

Autores de reconocida valía, como pueden ser David Tansley, Jacques Vallée, Jean Sendy y Salvador Freixedo, relacionan lo intangible con los OVNIs.

Por las coincidencias que se dan, podemos admitir que el Mundo Hádico constituye algo así como un Universo o mundo paralelo al nuestro, y por lo tanto coexistente sin producir habitualmente interferencias (?), pero existen puntos tangenciales por donde los «mundos» entran en contacto. Esta misma opinión sobre los mundos coexistentes, gana terreno entre los ufólogos.

El conocido Ufólogo y escritor Brad Steiger, entre las diversas hipótesis que enumera nos dice:


  1. «Los OVNIs pueden ser en realidad formas de vida no conocidas, propias de las capas superiores de la atmósfera de la Tierra. Pueden ser formas plásmicas, eléctricas, prácticamente energía pura, y tener la habilidad de adoptar diferentes disfraces».
  2. «Las manifestaciones de OVNIs son resultado de las maquinaciones mágicas de duendes. Hombrecillos y otros entes parafísicos, que han coexistido con la humanidad como especie compañera y que estarían participando de alguna manera con el Homo Sapiens. en una serie de objetivos evolutivos».
  3. «Los ufonautas son los mismos entes que los Angeles, descritos por tantas religiones como los mensajeros de Dios. Se preocupan continuamente por los habitantes de la Tierra, como parte de su misión de guía y salvación…»
Adamski fue realmente uno de los contactados, podríamos decir, con más solera. Sus encuentros con los que él llama Venusianos, recuerdan indudablemente o tienen más bien carácter Dévico. Los seres de dos metros de altura, bellísimos y de dulce mirada, se acercan a las características de seres angélicos o angelicales. Los Venusianos que nos presenta Adamski, han hecho su aparición en otros lugares, y siempre con cierto porte «celestial», hasta el extremo que en más de una narración sobre contactos, se les llama Santos.

Un hecho a tener en consideración a la hora de comparar las características de los seres de lo «intangible» con los presuntos contactos ufológicos, es la relatividad del tiempo que en las dos facetas se aprecia. En todas o en casi todas las obras de Ufología encontramos casos de raptos, en los cuales el protagonista del mismo parece tener un total despiste sobre el tiempo transcurrido en el interior de la nave. Algunos creen haber estado en posesión de sus raptores algunos minutos y en realidad han estado unas horas; otros creen haber estado algunas horas en el interior de la nave, cuando la verdad es que han permanecido durante algunos días. Me contaron que cierta paracaidista deportiva, desde el momento en que saltó del avión en un día medianamente nublado, hasta que llegó a tierra sobre el punto prefijado, tardó nada menos que 72 horas. Por este y otros muchísimos casos, vemos que la noción del tiempo se «relativiza». Curiosamente otro tanto ocurre, o parece ocurrir en aquellas personas que fueron raptadas por los Espíritus de la Naturaleza. Hace muy pocas fechas recogí de los labios de una anciana, de una Masía cercana al lago de Bañolas (1), la siguiente historia que hace referencia a las Ondinas (Hadas que habitan en las aguas y que en esta zona de nuestra geografía, son conocidas con el nombre de Alojas). La anciana me contó:

«... el caso le ocurrió a mi bisabuela, entonces era una chiquilla de unos dieciséis años, y según creo era guapísima. En aquellos años, esta Masía no era ni sombra de lo que es ahora, éramos muy pobres. Mi bisabuela a la caída de la tarde bajaba al pueblo, donde trabajaba con una costurera. Un día regresaba a casa ya bien entrada la noche, cuando al pasar por el camino que bordea el lago y cerca de Porqueras (2), se encontró con un par de bellísimas «fadas» (Alojas)... Mi bisabuela se sintió atraída por la belleza de sus ropas, y como era muy decidida se dirigió a ellas, pidiéndolas que la enseñaran a tejer aquellas ropas tan finas, las Alojas le dijeron que no tenían inconveniente, que aprendería con mucha facilidad, y mi antepasada se fue con ellas. Esto ocurrió en la época de la siembra, me refiero a la siembra del trigo, pues bien, cuando regresó a su casa una noche riquísimamente vestida, el trigo ya se había cosechado y el grano molido. Toda la familia la daba por muerta, pues habían pasado varios meses, lo curioso es que ella se empeñaba en que sólo se había retrasado unas horas».

En las narraciones de Gales, Irlanda y Escocia, encontramos infinidad de casos de raptos de humanos por los Espíritus de la Naturaleza, donde el tiempo pierde todo su valor. No sólo se detiene, sino que parece retroceder, ya que los raptados, después de permanecer durante años (?) en ese mundo, al volver a nuestras dimensiones no sólo no han envejecido, sino que por el contrario habían rejuvenecido.

Sigamos con otras coincidencias: En los casos de contacto en la «Tercera Fase», y se entienden como tales aquellos en que el sujeto se comunica mediante sus sentidos con los ufonautas, es muy frecuente que por parte del protagonista se observe repentinamente una «inmovilidad». El contactado es incapaz de correr, de moverse y por lo tanto de huir, permaneciendo inmóvil generalmente durante todo el contacto, y recobrando su voluntad muscular en el momento que cesa la experiencia. Esta paralización, según los casos recopilados, se experimenta después de que «ellos» hagan algún gesto o bien empleen algún tipo de radiación, generalmente luminosa. Ahora ruego al lector me disculpe por repetir un fragmento de un artículo que publiqué en el número 67 de esta misma revista, y que se refiere a una experiencia recopilada por Peter Kolosimo, especialista él sobre la temática de los mundos «intangibles».

«... un día, junto con el hermano y un primo —nos dice el protagonista— recorría una región salvaje. De pronto, apareció en el suelo una nube de pequeños seres danzantes. El primo, más curioso y también más valiente que sus acompañantes, se acercó al grupo. Apenas se había inclinado hacia adelante, cuando una minúscula mujer, vestida de rojo y con un rostro en modo alguno afable, hizo un extraño gesto y entonces pareció brotar de ella una llamita verde, que hirió al muchacho en el pecho. Los tres corrieron asustadísimos a su casa. Apenas franqueado el umbral de la misma, el primo se derrumbó en el suelo aparentemente sin vida. Se llamó a un «experto», al reverendo Ryan, el cual le hizo volver en sí.

—. «Ha sido castigado por su curiosidad», comentó secamente el religioso... y se fue sin añadir nada más.

La similitud de los hechos es evidente y podríamos extendernos en casos de contactos en la Tercera Fase, donde el contactado queda paralizado, al igual que en numerosas narraciones de encuentros con habitantes del mundo hádico, que experimentan exactamente las mismas consecuencias.

Tanto en los encuentros con el mundo de lo «intangible» como con los ufonautas, existe por parte del humano una peculiar reacción o modo de comportarse. En un principio y ante los primeros segundos de visión, cierta sensación de miedo se apodera de la persona que sufre el encuentro, luego ocurre lo contrario, se experimenta cierta paz, sintiéndose uno atraído por la desconocida forma de vida. Pero una vez terminada la experiencia, se desarrolla un profundo pánico, que puede llegar a desequilibrar el psiquismo del protagonista. Todos hemos leído en muy diversas obras sobre OVNIs, innumerables casos de trastornos psíquicos, que se han presentado algunas semanas o meses después de haber tenido el contacto, llegando incluso al desequilibrio total y a la muerte. Exactamente lo mismo ocurre según las leyendas recogidas, a aquellas personas que, por tiempo más o menos largo, han permanecido en contacto con el mundo de los Espíritus de la Naturaleza. Cuentan en la zona de Guardiola de Berga (3), que cierto minero al regresar una noche a su casa, después de su dura jornada de trabajo, tuvo un encuentro con entes de lo intangible. Nadie sabe en realidad lo que pasó, pero a partir de aquel momento, mejor dicho, de aquella noche, su salud se quebrantó tanto psíquicamente como físicamente, hasta tal extremo que tuvo que abandonar su trabajo, marginándose voluntariamente del contacto de sus amigos y vecinos. Cuando, preocupada la madre ante el comportamiento de su hijo, le preguntaba insistentemente qué le pasaba, él, invariablemente contestaba:

— Por favor madre... por favor, no pregunte, vale más no saber.

El joven minero, murió pocos meses después llevando el secreto de su visión.

Brad Steiger, en su obra «Contactos con Extraterrestres», de Editorial EDAF, entre los numerosísimos casos que con toda profusión de datos nos cuenta, hay uno que indudablemente se asemeja muchísimo a la narración que anteriormente he transcrito de Peter Kolosimo. Brad Steiger lo refiere así:

«... el 19 de Agosto de 1965 en East Liverpool (Ohio), cuatro chicos estaban acampados en un patio trasero cuando un gran OVNI descendió y quedó suspendido encima de ellos. Corrieron aterrorizados hacia sus casas, pero uno de ellos, un poco más valiente, se quedó fuera para mirar al aparato unos momentos más. Mientras estaba allí se abrió una puerta debajo del OVNI y por ella salió un «rayo de luz» que le dio en un lado de la cabeza. El oído del niño quedó dañado durante algún tiempo…».

Cuentan las viejas narraciones nórdicas, que las hadas son bellísimas y caprichosas, que en más de una ocasión han solicitado el favor amoroso de esbeltos campesinos, que han sido requeridos insistentemente. Dicen las historias que cuando las Hadas, por un motivo u otro, se cansan de los favores del humano elegido, éstos son devueltos al mundo de lo «tangible» sin más, y normalmente maltrechos y enfermizos (?). Pues bien otro tanto parece ocurrir en aquellos casos en que un terrestre fue capturado, y después de ser llevado al interior de una nave, es obligado a yacer con una bella extraterrestre (?). Recordemos el célebre caso de Antonio Villas Boas de Brasil, el cual en 1957 fue raptado y conducido a un OVNI, posteriormente llevado a una dependencia del mismo, donde encontró que le esperaba una ufonauta desnuda. Según las declaraciones del tal Antonio Villas, a excepción de algunos rasgos faciales, era en todo igual a una terrícola. Este es uno de los numerosos casos de «seducción».

Prácticamente sería inacabable la lista de ejemplos con los cuales queda demostrada la similitud de comportamiento entre nuestros legendarios duendecillos de los bosques y de los posibles ufonautas. Pero ya no sólo nos llaman la atención dichos comportamientos y las consecuencias que de ellos se derivan, también, en muchas ocasiones, lo que nos llama la atención es el enorme parecido físico entre unos y otros.

En líneas anteriores comentamos, que las descripciones que hace Adamski de sus Venusianos concuerdan con otras en las cuales se mencionan a extraterrestres de casi dos metros de altura, de bellísimas facciones y exquisito comportamiento, y que a estos «seres» más de un autor los compara con los Devas o Angeles. Toda medalla tiene su cara y cruz... y por lo tanto en contraposición a los «elegantes Venusianos», encontramos otros extraterrestres, de características muy diferentes, tales como: Seres de menos de un metro de altura, algo contrahechos, de orejas puntiagudas, de ojos saltones redondos y de mirada turbia, barbilla prominente y de grueso apéndice nasal, y normalmente vestidos con colores chillones en los que predominan el verde y el rojo... ¿no recuerdan estas descripciones a los llamados duendecillos o enanitos de los bosques? Los Puck, o bien los Pooka son entes que los irlandeses califican o definen como hombrecillos de los bosques, que se desvanecen y que además, en décimas de segundo, pueden hechizar o hipnotizar a hombres y mujeres. En nuestro folklore catalán nos encontramos con el revoltoso «FOLLET» del cual Apeles Mestre nos dice que en más de una ocasión son impalpables e invisibles. El Follet es conocido en general, dentro de nuestras comarcas, como generador de vientos, en realidad de un viento insoportable. En la Ribera de Cardós (4), se le achaca la formación de fuertes torbellinos de viento, y otro tanto ocurre en todo el valle de Aneo (5). Igualmente y en la bella comarca de Olot se cuenta que se le ve por lo general en los torbellinos de viento que levanta la hojarasca y el polvo, y en Campellas (6) se dice que el Follet es un mal Espíritu que cabalga junto al viento provocándolo. Si nos de tenemos a pensar unos instantes, resulta verdaderamente curioso y ¿por qué no?, sospechosa esta relación del Follet con los remolinos del viento.
Estas características del Follet, concuerdan perfectamente con las que nos describe el reverendo Kirk de Edimburgo, sobre los hombrecillos que componen lo que él llama la Comunidad Secreta.

Los Farfadets. hombrecillos negros y peludos sobre los que hay abundante documentación en la Biblioteca Nacional de París, coinciden perfectamente con otro «geniecillo» catalán, conocido con el nombre del Girafaldilles. Todos estos hombrecillos del bosque, duendes, genios o como queramos llamarles, también están representados en el mundo de la Ufología, donde pequeños entes, negros, deformes y peludos, se han dedicado a atemorizar ciertas comarcas.

Sucintamente hemos podido apreciar la similitud entre el mundo de lo «intangible» y el apasionante mundo de los OVNIs y sus ocupantes.

Son muchos ya los autores e investigadores, así como expertos en la materia, que admiten y aseguran la posibilidad de que ambas «cosas» sean en realidad manifestaciones de un mismo mundo. Efectos procedentes de una misma motivación.

Pero a mí... personalmente a mí, la idea de fusionar la fenomenología de lo intangible, con el mundo de los OVNIs, me resulta fría y desagradable... mientras no se demuestre lo contrario (en tal caso, no habrá mas remedio que aceptarlo) prefiero seguir desligando ambos «mundos» y pensar que si bien los OVNIs pueden pertenecer a un mundo donde la razón prevalece sobre los sentimientos, en el de lo «intangible», ocurre lo contrario... es aquel otro donde el sentimiento acalla al frío y en ocasiones devastador razonamiento.



Sinesio Darnell


(1) L'Estany de Banyoles, es el lago más grande de Cataluña, en la provincia de Girona
(2) Porqueres, municipio de la provincia de Gerona
(3) Guardiola de Berguedà, municipio de la provincia de Barcelona
(4) Es una villa cerca del término municipal de Vall de Cardós, en la comarca del Pallars Sobirà
(5) Es una subcomarca natural situada al noroeste del Pallars Sobirá
(6) Campelles, municipio de la provincia de Girona


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