lunes, 15 de abril de 2019

Revista Karma-7: portadas del pintor Tomás Gilsanz


Tomás Gilsanz
Mucho antes de dedicarme a la música mi gran pasión era la pintura, estaba muy interesado en artistas como Dalí o el Bosco, su visión inquietante de la realidad (su realidad) me atraía mucho. Con el tiempo descubrí a otro artista con el cual conecté al instante y más profundamente, hablo de Tomás Gilsanz (1931-2016).

Lo descubrí gracias a mi afición a la música de Neuronium y sus artistas Carlos Guirao y Michel Huygen. En los primeros trabajos de esta banda los vinilos lucían unas portadas que para mí eran impresionantes y que representaban fielmente la estética musical del grupo. Incluso era habitual que en sus conciertos lucieran esas y muchas más pinturas de Gilsanz como ambiente visual. Estamos hablando de música electrónica cósmica de finales de los años 70 y principios de los 80.

Después volví a encontrarme a Gilsanz en las portadas de la revista Karma-7 y en algunos libros de ciencia ficción. En ningún momento me planteé conocerlo personalmente, de hecho desconocía su procedencia (hablamos de una época con un internet muy primitivo), pero de ese regalo se encargó Sinesio Darnell.

Una vez hablando con Sinesio sobre la portada de su libro “El mundo de lo intangible”, en la cual aparecía uno de los cuadros de Gilsanz, le comenté si conocía al pintor de la ilustración. Efectivamente, lo conocía personalmente, vivía en Barcelona y cerca de allí, enseguida me puso en contacto con él.

A partir de ese momento tuve el honor de visitar el estudio de Tomás situado en la calle Aribau de Barcelona. Me sorprendió la personalidad sencilla y afable de ese gran y único artista, siempre me comentaba los sueños que tenía y cómo los iba plasmando en sus pinturas. Incluso descubrí su faceta cómo sensitivo y su afición a echar las cartas utilizando un sistema personal.

Por aquella época la formación original de Neuronium ya no existía pero uno de sus músicos, Michel Huygen, aun utilizaba de fondo sus pinturas. Tuve oportunidad de asistir al concierto de Huygen en el festival Sonar de 1995 (El 17 de Junio de 1995), poco antes de conocer a Gilsanz. Posteriormente, y ya siendo amigo de Tomás, fuimos a algunos recitales privados o de pequeño comité y a algún evento esotérico. Hasta entonces los pases los hacía con un proyector de diapositivas, poco después se fue informatizando el tema y ocurrió una anécdota muy simpática:

En una de mis visitas a su estudio descubrí que le habían instalado un ordenador con Windows. Me comentó de que estaban digitalizando sus cuadros y los iban a proyectar mediante un programa de edición en tiempo real de imagen llamado Arkaos. Los programadores eran seguidores de Neuronium y les habían ofrecido gratuitamente el programa para que lo utilizasen en directo. Yo ese programa lo conocía y lo había utilizado pero con la plataforma Apple.
Al mirar el ordenador me di cuenta de un detalle que me dejo absorto, ¡habían teclas del teclado borradas con tipex! Sorprendido le pregunte a Tomás la razón y me contesto:

- Yo voy probando el programa, cuando pulso una tecla que me cuelga el ordenador la marco para no volverla a tocar.

Me hizo una gracia impresionante y, como buen maquero, le di mi terrible discurso Apple VS Windows. Obviamente Tomás era un artista de lienzo y pincel y fue un error meterle en temas informáticos, los resultados no me gustaban (muy lejos de su estética) y prefería infinitamente sus pases de diapositivas. Comentaré otra pequeña anécdota:

Hace escasamente unos días hablaba con el investigador Moisés Garrido sobre un interesante artículo que su compañera, Claudia Moctezuma, había publicado para la revista Más Allá de este mes de abril (2019) titulado “INSPIRACIÓN: ¿DESDE OTROS PLANOS EXISTENCIALES?”.

Entre nuestros comentarios le hablé de Tomás Gilsanz, obviamente ya tenía previsto publicar este artículo, pero poco después, un día antes de su publicación, ocurrió una curiosidad.

Moisés hace un tiempo me pasó unos viejos programas de tertulias los cuales voy escuchando a ratos libres, ayer mismo puse el que me tocaba escuchar por orden de lista: Nº 5, El Mundo de la Ciencia - El mundo del misterio (1986). Durante su escucha me llevé una grata sorpresa: entre los tertulianos se encontraba la vidente Ángela Zarini y ella misma habló de Tomás Gilsanz y explicaba como en sus visiones también era capaz de ver los mismos hermosos paisajes que dibujaba este gran pintor. Una anécdota que yo le llamo sincrodivertimentos, pequeños sincronismos que son como toques de atención desde el otro entorno.

Víctor Estrada



 


























Revista Karma-7: Entrevista a Tomás Gilsanz

En el número 76 de la revista Karma-7, marzo de 1979, encontramos una breve pero interesante entrevista al pintor Tomás Gilsanz (1931-2016) ...