domingo, 11 de noviembre de 1979

¿Existe una base extraterrestres en las Baleares?, Carole Ramis

Carole Ramis
En este artículo, publicado en 1979 por Karma-7 en dos entregas, Carole habla de una de sus especialidades: los avistamientos de las Islas Baleares. Al respecto comentaré que recientemente, 2016, el Ministerio de Defensa a desclasificado los informes recopilados durante los años 1962 y 1995 sobre esos avistamientos.

Las experiencias que explica Carole, si nos fiamos de todos los testigos (ella era demasiado confiada), son bastante sorprendentes. El artículo está redactado de una forma muy peculiar, hay que pensar que Carole (nombre real Charlotte Duschanek) es de origen austriaco. Casi todos los nombres de los lugares estaban incorrectamente escritos, es lo único que he corregido. También comento que algunas imágenes que acompañaban al artículo original no las he incluido ya que no tenían nada que ver con el texto.

Víctor Estrada



¿EXISTE UNA BASE EXTRATERRESTRE EN LAS BALEARES?

Carole Ramis

Primera parte: Revista Karma-7 número 84, noviembre de 1979


Para contestar satisfactoriamente esta pregunta, tendré que empezar por mis investigaciones del año pasado y el anterior, para llegar a la conclusión, a través de sus últimos movimientos, que realmente puede existir una base, que el año pasado estaba ubicada entre Ibiza y Mallorca, así me lo afirmaban ellos, y los testigos que he podido entrevistar durante todo este año pasado y el actual.

El año pasado, esta supuesta base submarina estaba mucho más cerca de Ibiza, pero tuvieron que cambiar, y están ahora por Mallorca, por esto hay muchos testigos que además les pueden ver en un lugar exacto, donde entran y salen de la mar.

Después de mi conferencia que di en el Congreso Nacional de Ufología en el último mes de diciembre de 1977, contando estos movimientos entre ambas islas, a través de múltiples testigos, que entrevisté también en ambas islas, ellos tenían después un acelerado trasvase, de levantar su base submarina cerca de Ibiza a las costas norteñas de Mallorca y costas catalanas. Se interesaron algunos señores por ello, rondando estas, regiones con barcos sondas, y que por poco acertaban. Pero la base es movible, porque consiste en 8 naves y estas mismas se juntan, para formar dicha base submarina.

Yo me apoyo en las declaraciones de mis testigos, que me han ofrecido incluso presentar una ratificación de Notario. Para llegar a mis últimas noticias mallorquinas, de una cinta, con una conversación de unos radioaficionados con unos supuestos extraterrestres, que dicen venir de Alfa Próximo Centauro.

Tendré que empezar por el verano de 1977. Era el mes de agosto, el 23 de agosto a las 12 y media de la noche por unas costas, que se llaman «Costas de Mallorca» entre Porto Cristo y Portocolom. Un matrimonio que venían en su velero de 10 metros y 6 camas, desde Menorca hacia su casa en Portocolom, donde veranean. Él es mallorquín y ella asturiana, me pidieron entonces de silenciar sus nombres. Por Menorca hubo una tempestad con lluvias y tormentas, pero al llegar hacia Mallorca se había calmado el mal tiempo, ellos empezaban a disfrutar su afición de llevar su balandro. Al llegar a Cala Rajada, su marido le dijo de quedarse a dormir en este puerto, pero la mar estaba tan lisa y con brisa en favor, que ella le convenció de ir a Portocolom.

Eran las 5 de la tarde. El marido le repuso:
«Pero llegaremos de noche, si no te importa».

Así, rumbo hacia Portocolom, donde están sus hijos. Después de los preparativos, salían a las 8 de la tarde (en verano es aún de día) iban felices con música, la mar tan lisa y calmada, vieron barcas de pesca, las de calamares, los típicos «llaüts», barcas mallorquinas, cuando a raíz de este tiempo tan en calma, cambiaron de parecer, queriendo llegar hasta Porto Cristo para cenar e incluso quedarse a dormir, que entre Porto Cristo y Portocolom, hay sólo unas 2 horas y medía, con su barco, que hace sus 6 millas. A las10 y media de la noche se levantaba una brisa fresca y miraron a su alrededor, todas las barcas habían desaparecido, de repente se encontraron solos en medio del mar.

Su marido le dijo:
«Mira pondremos el piloto automático y entraremos para guardamos del frío».

Ella, en vez de entrar, prefería disfrutar de la luna llena, las estrellas, el mar tan liso. Iban costeando a 6 millas de distancia, viendo Porto Cristo, el piloto automático iba rumbo hacia este puerto. Ella estaba sentada en la proa, soñando con el apacible ambiente, casi abstraída, cuando ve surgir sigilosamente del mar una luz, una sola luz, forma medio romboide, color rosa, rojiza, anaranjada, muy luminosa, forma triangular, se quedó mirando pensando que esto no es ninguna barca.
Surgió lentamente, para terminar en esta forma de medio romboide como ella lo comparó a la copa de un pino. Comparó con la luz de la luna el horizonte y el acantilado de la costa, pero no se equivocó, salió del medio del mar. Ve con claridad toda la forma luminosa, quieta, donde el agua no hay nada, ni color, ni forma de barca.
Pensó estáticamente durante 2 minutos, cuando empezó a llamar a su marido, que estaba leyendo abajo en el camarote:
«Ven», le dijo aún tranquilamente, pero su marido no quiso salir al no llevar sus botas puestas. Le insistió y se puso a medida de la tardanza, más nerviosa, hasta impacientarse, cuando salió con mucha calma, al estilo de buen mallorquín, indicándole esta forma en medio del mar. «¿Qué es esta luz?» Su marido pensativo, veía que no era una barca, tampoco pudo identificarlo, y al no creer en absoluto en OVNIS, dijo que no es una barca, ella insistiendo, poniéndose más nerviosa:
«Entonces, qué puede ser?».
Su marido por fin dijo que era un pino que se está quemando. «¿Cómo un pino en medio del mar, quemando?».
Pero a él le costaba confesar, aunque veía, que era insólito, ya que siempre se reía de la tesis de que puedan existir «platillos volantes». No obstante bajó al camarote por la máquina fotográfica, para sacar algunas fotos, pero se dio cuenta que, sin flash, no conseguiría nada; así, con sus anteojos, escudriñó el fenómeno mucho tiempo, pero no pudo ver ningún barco, que podría tener relación con este romboide anaranjado, que no sólo perfilaba sus colores, sino lleno de luz más blanquecina, muy brillante, el contenido; en cambio, el contorno era más rojo fuerte, pero al mismo tiempo era transparente. Este medio romboide estaba a una milla de distancia de ellos. El barco, aquí vuelvo a insistir, que tenía el piloto automático con dirección hacia Porto Cristo, puesto que ellos veían la costa a 10 minutos cerca, seguía andando haciendo sus 6 nudos, que era su velocidad normal.

El marido después confesó que le costaba admitir que podría ser un OVNI, creo que ha hecho bien de sugestionarse a él y a ella, para no tener miedo, de lo que sentían. Porque el miedo se apoderó de ellos. Como los dos son muy marineros, no chillaban, se comportaban lo más normal posible. En estos momentos, observaron cómo esta luz romboide se iba hundiendo lentamente, hasta desaparecer. Se quedaron intranquilos, pero al mismo tiempo aliviados, al no ver nada más. Ella dijo que podrían salir otra vez, pero su marido creía que podría tratarse de una sugestión de ambos. ¡Si, si! Tenían el faro de Porto Cristo muy cerca, se alegraban que sólo les quedaban 10 minutos para llegar. Vamos lo antes posible al puerto dijeron, ya que ella sentía miedo, cuando al cabo de un momento, más cerca a ellos, o sea como 1/2 milla de distancia, ven surgir (bueno, las distancias en la mar sobre todo en la noche, son difícil de precisar, pero ellos veían este segundo fenómeno más cerca que el primero). La luna llena, o sea el reflejo del canal de la luz lunar estaba
entre medio de ellos y la primera forma romboide, cuando empezaba a surgir otro triángulo o medio romboide, hasta 4, que se quedaron inmóviles flotando, con la misma característica de color, centelleante y separados entre ellos con un corto espacio. Pero aún viene algo más alucinante. Surgen 4 formas más, poniéndose delante de los primeros. Y surgen 4 formas más, poniéndose delante de estos últimos. O sea, hay una formación de 12 romboides, cada una de una fila de 4. La altura de ellos debía ser de unos 50 metros, que ellos lo comparaban con el acantilado de estas costas, que tienen de 30 a 40 metros de altura, y que las formas anaranjadas pasaban encima de las montañas. Ellos contaron los romboides a medida que salían del mar hasta llegar a 12, que se quedaron inmóviles durante 12 a 20 angustiosos minutos, cuando ya les
cogió el pánico.

Este matrimonio, muy gentiles al relatarme toda esta aventura por mar, son gente joven, de media edad, con 4 hijos, la hija mayor tiene ahora 20 años, muy normales, equilibrados y sobre todo, muy marineros, tienen muchas horas y millas de mar, participan en regatas todos los veranos, bueno, yo creo, un buen mallorquín, es de los mejores marineros en nuestro país, igualmente los ibicencos, lo sé muy bien, que mi marido ha sido igualmente un gran marinero, muchas anécdotas podría contar sobre sus hazañas, quiero con esto subrayar que, además, son gente sin exagerar.

Pues así, con estas misteriosas antorchas, les cogió el pánico. Ella quitó el piloto automático, cogió el timón, poniendo a toda marcha el barco, haciendo unos 8 nudos, lo máximo que puede dar este motor, siempre rumbo a Porto Cristo, insisto en el rumbo, porque aún viene lo peor, su marido le gritó: «Vas a quemar el motor», pero ella parecía que tenía la furia detrás de ellos, forzaba el barco, ya tenían el faro de Porto Cristo delante, tenía las rocas tan cerca que se estrellaban contra ellos. Su marido le gritó: «Vamos a estrellarnos», pero ella prefería ir a las rocas y saltar, no le importaba, le parecía estar más a salvo estrellándose.

Ahora, en este momento conmigo, analizándolo, me dijo, si hubiesen estado en medio del mar, hubiese usado la brújula, pero encontrándose tan cerca del puerto, no hacía falta ya. Pues no llegaron nunca a Porto Cristo. Llegaron a Portocolom; ¿cómo? Jamás se lo han podido explicar. Lo importante en este caso, es que ellos querían llegar a Porto Cristo, a toda costa, porque así
se hubiesen alejado de los 12 romboides, en cambio si iban a Portocolom se acercaban a estas formas rojizas. Cuando ellos se dieron cuenta, sin saber hasta ahora cómo, se encontraron en Portocolom; ni ella sabe si llevaba en este momento el timón o no. Ellos se encontraban en este lapsus de media hora en este puerto. Ella me asegura que tenía delante de ellos el faro de Porto Cristo. Yo le dije: «A lo mejor se equivocó y creyó ver el faro de Portocolom». «No, no podía ser, que de este punto no se ve el faro de Portocolom, que no está en línea recta, sino hace esquina, y además hubiese tenido que girar para llegar a Portocolom. Ellos estaban a 10 minutos del faro de Porto Cristo, lo veían perfectamente.

Aún siguen los 12 romboides fijos en el mar; ella llevaba el barco a tope; ella le preguntó si se movían estas formas, cuando se iban hundiendo lentamente, primero los romboides de delante, una a una, hasta que las 12 formas desaparecen y al mismo momento surge una bola de luz anaranjada, no tan transparente, sino más opaca, más material, pero no surgió, sino estaba ya en el mismo sitio de las 12 formas romboides, con una luz muy potente sin centellear. Esta bola sí que venía hacia ellos, del tamaño de una barca grande, no con la altura de los primeros, sino altura de barca. Venía con bastante velocidad, pero el marido quiso tranquilizar a ambos, diciendo que esta vez sí es un barco. Tenía un foco muy fuerte, dirigido hacia ellos, pero ella no creía que sea una barca de pescador, por esto él sugirió de esperar, hasta que esta bola pase
dentro del reflejo del canal de la luna, para ver exactamente si era una barca. En pocos momentos se acercaba al canal de luz lunar, donde ellos también se encontraban. Según se acercaba, podían ver que su rumbo era algo más hacia mar adentro, pero de lejos parecía venir directamente hacia ellos.

Yo pregunté si veían si se desviaba, al acercarse, pero de esto no se han dado cuenta. En el preciso instante de entrar en el canal lunar, desapareció. Se apagó. No había ni rastro de la bola, no cruzó el canal lunar, no había nada, ni si quiera el reflejo de esta luz. En este momento esta bola-luz estaba muy cerca de su barco, unos 50 metros. Lo curioso es que, ella tenía la impresión intuitiva de que debajo de ellos había algo; prueba de ello, que durante este trayecto, a pesar de
llevar el timón, en parte que miraba a los 12 romboides, no dejaba de mirar hacia abajo, presentía que algo había debajo de ellos, y de esto tenía más miedo que de las 12 antorchas, que al fin y al cabo estaban quietas en una lejanía próxima. Su marido, como buen marino, no tenía miedo, sino preocupación a lo desconocido, ella en cambio quería ir directo a las rocas de la entrada de Porto Cristo, por el inmenso miedo que sentía. O sea que parecía un acto suicida, de querer saltar a las rocas, supongo sacrificando el barco incluso. Le pregunté si se daba cuenta de esta acción
suya, pero a ella le daba en este momento igual, sólo quería pisar tierra firme. A mí me parece que esta bola luminosa que venía hacia ellos, era parte de una nave, era la luz reflectora de los desconocidos, que iban sumergidos debajo de la superficie del agua. Al llegar al canal lunar, o se sumergían más profundamente o entraban en otra dimensión, para el ser humano invisible. Pues no es así.

Los extraterrestres llaman a estos romboides rojizos, como mi amiga testigo y marido veían muy bien, las Cabezas de Pistas para sus aterrizajes. Digamos que ellos viajan en otras dimensiones, o sea no visibles al ser humano. O sea para aterrizar y bajar al fondo del mar necesitan unos convertidores para que ellos puedan cambiar sus naves de la dimensión X a la 3ª dimensión, porque debajo del mar están en la 3ª dimensión. 19 segundos antes de la llegada de una nave avisan a la base para que se ponga en función este campo de energía que se encuentra unos 70 a 80 metros debajo del agua y estos 50 metros encima visible, que llaman un «convertidor de dimensiones». Suponemos un borne debajo del mar con un borne en la superficie, o sea uno negativo el otro positivo, creando un campo de energía que actúa en su momento sobre la nave que pasa debajo de este convertidor para poder pasar a la 3ª dimensión. Pero sigamos con mi testigo:

Ella no dejó de mirar para abajo, presentía algo que venía de las profundidades (ahí hay unos 200 a 500m de profundidad), saliendo de este shock tan fuerte, se preguntaron al mismo tiempo: «¿Y dónde estamos? ¿Dónde está Porto Cristo? Pero si esta costa la conozco, pero si estamos en Portocolom. Se encontraron como despertándose de un sueño, como si despiertan de una hipnosis. Ellos no daban razón de su existencia, ni se podían explicar cómo ha podido suceder en encontrarse en una dirección contraria, y esto en un corto tiempo, como 1/2 hora máximo. Normalmente tardarían 2 horas y 1/2 de un puerto al otro, que dista unas 9 millas de distancia. Podría ser una «proyección sugestiva». Todas estas antorchas, la bola de luz, además ella intuía seres que estaban debajo de ellos. Hasta ahora su marido, buen marinero de su barco, no ha encontrado ninguna explicación de su desviación, excepto que por imán o magnetismo han sido atraídos y por esto se encontraron rumbo al revés, en Portocolom. Yo aquí le sugerí que a lo mejor había corrientes marinas, que me negaron rotundamente, encontrándose además el mar en calma chicha. Cabe suponer que ellos, los extraterrestres, son pacíficos, al captar la idea suicida de ir contra las rocas, de salvarles, desviándoles en un instante a 9 millas más lejos, y en dirección opuesta. Pues tampoco es así.

Estos romboides, que producen un campo de energía, según explicaciones de nuestros amigos extraterrestres, tienen un límite. Si este barco está en la raya del límite, salen expulsados, en un momento, hacia otra dirección, y por lo tanto salvados, pero si están dentro del campo de energía, el barco desaparece para nosotros, y ellos se encontrarían en otra dimensión. Pero estos percances no les han pasado aquí, en el triángulo balear. Me atrevo ahora a pensar en alto:

«El triángulo de las Bermudas, pongo un interrogante?...

Referente a la Bola que veían que se acercaba, pero al final tenia otro rumbo, ellos, los amigos del espacio, los llaman boyas-detectoras, van teledirigidas, sale una primero, antes de los romboides y después también, precisamente para observar si hay obstáculos alrededor. Otro caso en Mallorca, a los cuales les pasó un poco peor. Una barca de unos 6 metros, iban 2 pescadores, vieron salir algo del mar y ya volcaron. Estaban bastante lejos de tierra, y buen susto para salvarse, tanto que ni podían apreciar qué es lo que les salía al paso, de debajo del agua.

En fin, entran salvados, como sea, al Portocolom, eran la 1’30 de la noche, decidían quedarse a dormir en el mismo barco, exhaustos, diciendo ella que aquí están a salvo. Pero la sensación de que les seguían, hasta la entrada al puerto, la tenía, mirando constantemente hacia abajo. Aquí le pregunté, si le pasaría otra vez, tendría miedo como aquella noche. Dijo: «No sé, no creo, pero sí sé, que ahora tengo necesidad de verles, ahora espero con ilusión de encontrarlos», además tiene la certera intuición de saber cuándo los van a ver, como a su marido le pasó mientras tanto 3 veces más, el año pasado, el último verano.
Con diferentes testigos. Su marido se ha visto también cambiar: él, que no creía en ellos, está feliz, cuando los puede ver y comunicarse con ellos. Ella ha tenido un cambio extraño, lo observa consigo mismo. Se siente feliz cuando tiene un encuentro. Esto, lo estoy observando con muchos otros testigos en Mallorca, que tienen esta misma sensación de felicidad.

Su marido le dijo: «Esto no vamos a contarle a nadie, que nos tomarían por locos, pero a nuestros hijos si». Al llegar a su casa en Portocolom, cuál es su sorpresa que sus hijos les cuentan a ellos, que esta noche anterior, unos amigos de ellos estaban en la terraza, mirando hacia el mar, cuando veían unas luces muy extrañas, unos reflejos mar adentro, cogían su coche, yendo hacia el faro del Portocolom y al llegar ya no había nada. Así vemos, que no es una proyección sugestiva. Ella, me subraya, igualmente que su marido, se sienten satisfechos y felices por haber tenido este encuentro, pero la próxima vez, que no sea en el mar, porque ahí aún sienten pánico, pero no por ellos, sino por la presencia de este agua silenciosa y profunda y oscura. Así este ha sido un encuentro del segundo tipo o fase, pero ella ha tenido junto con su hija mayor, un encuentro del tercer tipo, yendo con su coche desde Felanich a Portocolom.
Pasó en el verano de 1976. De noche les cegó una luz rojiza, por la misma carretera, y su hija veía una figura humana al borde del camino; su madre apretó el coche a toda prisa, pero la luz rojiza envolvió a su coche aún algún rato.



Segunda parte: Revista Karma-7 número 85, diciembre de 1979


Este año, a la salida de Palma, por una carretera está el cementerio y en frente un campo polideportivo. Cuando un matrimonio en su Seat 600 pasaba por esta carretera, ven salir en este mismo instante, una bola roja, no muy grande, a través de la pared del cementerio, detrás de ella una figura muy alta (más de 2 metros) y transparente, traspasando igualmente la pared, cruzando la bola roja y la figura la carretera, el señor que iba al volante, tuvo que frenar el 600, porque le parecía que atropellaba a ambos, y que atravesaban la pared del campo polideportivo donde la figura se desmaterializó. Este señor tuvo incluso tiempo de sacar su cabeza por la
ventanilla, para verlo mejor. Su mujer ha sufrido unos trastornos de nervios.

Este verano, encontrándonos con unos amigos de Sóller, en el Puig Mayor, la montaña más alta de la isla, y donde se encuentra instalado el radar de los americanos-españoles, a la una de la madrugada, vimos una bola roja, cruzando el firmamento, pero 3 veces más veloz que un avión, fluctuaba cada medio segundo sin apagarse y esto sólo en el centro del círculo rojo, la altura
no era muy alta, como un avión que aterriza en Son San Juan, y todo esto en un completo silencio, cruzando la Vía Láctea. Daba la impresión de libertad y ligereza de vuelo, lo comparamos a un pájaro grande y de vuelo libre y feliz.

El año pasado unos señores muy respetables en sus profesiones, vieron también por Sóller, por la noche, salir del mar una especie de plataforma enorme, redonda, de donde salieron 9 naves haciendo sus maniobras sobre el mar. Se puede decir la parte norte de la isla tiene frecuentes avistamientos desde Sóller hasta el Cabo de Formentor. Unos submarinos oyen ruido constante
de motores y golpes a algo metálico debajo del agua, naturalmente sin que ninguna vez haya barco ni de cerca ni de lejos. Lo curioso del caso es que los peces se comportan de una manera insólita, empiezan a temblar, se supone por la propagación de las ondas vibratorias.

Bien, así, creemos que hay una supuesta base submarina, entre Cataluña y Mallorca. Ovnis se ven, casi a diario. Como los avistamientos no son tanta noticia, como los aterrizajes, me especializo en ellos. Las líneas que determinan las apariciones de estos objetos sobre Europa forman un cruce cuya convergencia es un triángulo, en cuyo centro están las islas Baleares. Existe además un punto entre Ibiza y Mallorca donde no hay ruta de aviación que pase por él y que al acercarse los instrumentos del avión, se vuelven locos. Incluso las palomas mensajeras pierden la noción del rumbo.
Todo esto les lleva a sospechar que aquí se encuentra una base de seres extraterrestres que puede estar sumergida.
Un señor ve a las 11 de la noche 3 bolas anaranjadas mientras que venía de la parte de Artá (Mallorca). Así empieza un relato: «Nosotros, intrigados, cuentan unos amigos, cogimos esta carretera hacia Valldemosa para ver también estas bolas anaranjadas, y cuando llegamos a la altura de Deyá vimos un objeto. Una bola redonda color naranja de unos cuatro metros y medio de diámetro, que se encontraba a unos 60 o 70 metros de altura sobre el suelo, y que avanzaba junto a nosotros. Cuando llegamos a la recta, el objeto estaba a punto de desaparecer detrás de una montaña, entonces nosotros nos exclamamos que habíamos venido a verlo y ahora nos desaparece, y apenas dicho esto, el objeto giró en ángulo recto y se dirigió hacia nosotros. Paré el coche muy asustado, y le dije, al que venía conmigo que no bajara, entonces el objeto volvió a girar y se fue. En este caso este relato no era aterrizaje, pero llama la atención con qué rapidez absorben nuestros pensamientos, al mismo tiempo que dominan sus naves. Estas personas de Mallorca, han visto numerosas apariciones de bolas u objetos ovalados, que se dirigían normalmente al mar. Existe un tipo de objeto que es ovalado y de color plateado y otro redondo de color naranja. En el radar del Puig Mayor vieron una noche una de estas bolas anaranjadas que pasaba, y que el radar no detectaba. Los ahí presentes firmaron una declaración y dieron parte de ello, el encuentro físico de estos amigos con unos seres ocurrió en las afueras de Sóller, por la noche, cerca del colegio nacional. Cuentan: «De repente vimos un objeto que pasaba delante nuestro y desapareció. Luego a nuestro lado, oímos un ruido, como de algo, que se deslizaba sobre la gravilla, cogimos la moto y enfocamos la luz al lugar donde escuchábamos este ruido y delante de nosotros, a unos 10 metros de distancia se encontraban 3 figuras con unas escafandras, con algo como un reflejo verde a la altura de los ojos. Evidentemente no nos querían asustar y por eso venían tan despacio; pero del susto que nos dimos nos podíamos haber muerto. Muchas personas en Sóller vieron el mismo día, cómo una cosa ovalada pasaba por encima del pueblo.

Sobre el suelo del lugar encontraron luego una espiral marcada sobre la gravilla de unos 3 metros
de diámetro.

Fines de septiembre, a las 12 de la noche, muchos vieron un objeto redondo que emitía la luz en forma intermitente, estacionado sobre Palma. He hablado con estas personas de Sóller y me confesaron, que reciben algo como avisos, cada vez que se pueden ver estas naves, o sea que se encuentran sobrevolando Sóller y el Puig Mayor. Los demás son testigos que cada vez que este señor les dice:
«Hoy, a tal hora y tal dirección podéis ver alguna nave, aparece exactamente ahí el Ovni. Así hay unos cuantas personas en Sóller que se han convertido en sensitivos.
Según exploraciones privadas, la base submarina se encuentra a 91 metros de profundidad, en el suelo marino. Hay por lo menos 8 naves estacionadas ahí, con más de 10 personas o seres fijos de mantenimiento en dicha base. Usan 3 rumbos diferentes para sus naves de la base, para el despegue, como sus aterrizajes en línea curva, pasando a 31km entre las islas de Ibiza y Mallorca. El despegue se produce a 45º sobre el nivel del mar a una velocidad de 999 metros por segundo.

Efectivamente, ustedes recordarán el encuentro que tuvo un Caravelle de Iberia en un vuelo nocturno de Palma de Mallorca a Madrid en 1969 con un Ovni, sobre el mar, a unos 9 mil metros de altitud y concretamente al noroeste de Ibiza, tiene íntima relación con los avistamientos de numerosos testigos que han tenido lugar estos años desde San Antonio en Ibiza. Los controles
de entonces no lo podían detectar, a lo que hice referencia anteriormente, pues ellos tienen sus pasillos trazados de manera que los aeropuertos no lo registran muchas veces en sus radares. La forma del Ovni de entonces era triangular, que su color era rojo al blanco y al naranja, como lo han visto este año también. Observen que el piloto de entonces Jaime Ordovás Artieda, dijo que el Ovni triangular les acompañó durante 20 minutos en su vuelo desde la costa Ibicenca, islas Columbretes hasta Castellón. Los amigos en Sóller, dicen que no les querían asustar. Ustedes ya se imaginan dónde quiero llegar. Sencillamente, el triángulo de las Baleares existe, pero ni es un triangulo mortal, ni maldito. Este triángulo, aquí al lado nuestro en las Baleares, es pacífico y hay que acostumbrarse a verles, sea en sus naves como físicamente.
Les digo esto, ya que tendremos muchas más ocasiones de verlos y convivir con ellos, debido a sus bases submarinas. Yo que tengo que ir muchas veces a Mallorca, no tengo el menor temor de hacerlo en avión o barco.

El último verano, estando en Ibiza, me di cuenta de que los ibicencos están ya muy acostumbrados a los avistamientos, sobre todo los marineros que los ven salir de la mar, se puede decir que conviven con ellos. Tengo entendido, que los seres que están en esta base cercana a Mallorca, también se saben mezclar entre los turistas, usando los mismos trajes que los hippies, o pseudo hippies. Como normalmente tienen una altura de 1’80 m. algo más, pueden ser rubios, o pelirrojos, se pasean entre tanta gente extravagante como yo he visto en el puerto de Ibiza, y no llaman la atención. Los isleños tienen costumbre de ver las cosas más
grotescas, y la única frase suya como excusa es: «Són forasters». Cómo les va a extrañar, un hombre mas o menos como los de nuestra tierra.

En marzo del pasado año, un viernes, una parejita alemana se va del puerto de Ibiza a Formentera y se pasea en la arena, a la orilla del mar, cuando a las 2,30 de la tarde ven, en vuelo primero y después en aterrizaje, una nave extraterrestre. El objeto tenía 15 metros de diámetro, según los testigos, la forma de un plato invertido con una cúpula. Brillaba con un color naranja claro y notaron ciertas emanaciones de calor. Fascinados observaron este objeto desconocido. La velocidad calcularon a 900 km la llora. El aterrizaje se efectuó lentamente, cambiando su primer color fuerte claro a más naranja. Después de 5 minutos aparecieron de la parte trasera del «Ufo» 3 figuras humanas, desde el cuello hasta los tobillos envuelto en un mono blanco, y que no se apreciaban ningunos botones ni cremalleras. Durante 15 minutos, en que inspeccionaban los alrededores se comunicaban entre ellos, volviendo a su nave. En el despegue, los colores aparecieron de forma inversa, o sea, del naranja al blanco destellante. Se levantó en un ángulo de 45 grados dirigiéndose al oeste. Durante el aterrizaje y el despegue no escucharon ningún ruido. Estos testigos se comprometen de jurar delante notario.
Esta noticia la había leído, considerando algo demasiado bonita y fácil, sobre todo no hay nada en que se refleje el consabido miedo de los testigos. Pero lo curioso es que realmente coinciden con las medidas y velocidad y otros detalles acercándose a la realidad. Efectivamente, las medidas de sus naves, me refiero siempre a los seres de la base submarina balear, son por un lado, los objetos de color naranja con 12 metros de diámetro, tripulados por 4 seres, les sirven para pequeños desplazamientos y controles técnicos.
Estos son los que vemos, porque incluso sobrevuelan las antenas de televisión y el radar, pero no por ello, sino que tienen que controlar ciertas zonas magnéticas y para los aterrizajes de sus naves grandes. Lo digo tan preciso, porque los oficiales del Puig Mayor en Mallorca, donde
hay la estación del radar, ven casi a diario estas bolas anaranjadas. La segunda clase de objeto visto en las islas son de forma ovalada y metálica que no son naves propiamente, sino «boyas», ellos lo llaman boyas detectoras como nosotros llamamos las «boyas detectoras» que flotan en el mar, y que los suyos están dirigidos por control remoto que sirven para recoger datos de tipo técnico para el mantenimiento de la base y asuntos relacionados con los aterrizajes de sus naves. De estas bases submarinas existen 6 en nuestro planeta y 7 bases en tierra. Siempre les estoy hablando de esta raza, de estos seres; lo que pueden hacer otras razas en nuestra tierra, no lo
he estudiado.

Sigo otra vez con los de las islas:
El aterrizaje de sus naves muchas veces no es cogido por el radar. En el momento del aterrizaje, si se encuentra en la zona una barca, la desplazan del lugar, como anteriormente les expliqué. Cuando la nave está bajo el agua, la puede detectar un barco con la sonda, pero no la puede ver. Las bases submarinas cambiables de las islas existen desde el año 1969. Para ellos es la Zona 6ª. Estados Unidos es la Zona 1ª. Por lo tanto, no nos extrañemos que cada día y año, nos veremos más familiarizados de ver naves y boyas.
En agosto del año pasado vieron por la tarde miles de personas en Ibiza y Formentera una nave, pero como al mismo tiempo se podía verla en Mallorca, podemos descartar la idea como de algunas personas anticuadas, de que ha sido un globo sonda, porque Mallorca no está a la vuelta de la esquina, como muy bien dice un muy apreciado testigo y periodista de Ibiza, que me facilitó
algunos datos.

Hay otro importante testigo más, que vive en Sóller (Mallorca), que presiente cuando va a pasar una nave o boya. El ha visto muchísimas veces pasar estos objetos a corta distancia, como a 60 metros. Dice que todos los animales que por ahí había, se callaron de golpe, cuando apareció un objeto, como una luz de color rojo que iba a gran velocidad, paró en seco y volvió a reanudar su
camino, sin apercibirse aceleración alguna. El objeto volante, realizó esta maniobra tres veces seguidas.

En el mes de noviembre último, los ven casi a diario; esta vez era una nave de forma alargada con flases de luz muy plateados. Ese día se cortó el fluido eléctrico en la base del Puig Mayor, donde está el radar. Este muchacho de Sóller ya es un sensitivo, porque por su cuenta, llegó a una conclusión que ya les había hablado antes que realmente es así. Dice: «Las bolas anaranjadas
indican los sitios donde hay peligro, ya que debajo están trabajando. Son como señalizadores. Las esferas de destellos rojos y blancos son las máquinas con que trabajan y operan y las demás son naves.

Desde el año pasado, las bases se han movido, ahora están más cerca a Mallorca, sobre todo por Sóller, La Calobra y por las Costas Catalanas, pero ya no puedo decirles el punto más concreto, no es de mi incumbencia. La Navidad pasada estuvimos en Sóller con este amigo
tan sensitivo, que nos llevó a todo un grupo a un mirador en las cumbres de montañas, donde se domina el puerto de Sóller y demás paisajes mallorquines. Se llevó un telescopio, era la media noche pasada, y efectivamente casi al momento vimos sobre el mar a muy baja altura una bola anaranjada. No le dimos más importancia, que el chico dijo que tendremos que ver algo mucho
más cerca. Pero aquella noche no vimos ya nada más. El matrimonio que tuvo la aventura en su barco el verano del 1977 ve a menudo luces entre blancas y anaranjadas flotando sobre el mar, destellantes. Participaban en una regata Palma-Cabrera-Palma el último verano 1978. Era un sábado a las 10 de la noche. Estaban cerca de Cabrera y Cabo Blanco. Vieron una luz roja-blanca, cambiando los colores y centelleando, parecía otra vez una forma cónica. Tenía rumbo entre Ibiza y Cabrera.

Tenemos estos enigmas ya 30 años entre nosotros y sobre nuestro planeta. Sobre nuestro planeta y bajo mar. Pero mis estudios se especializan concretamente sobre las islas Baleares. Los he recogido entre mis amistades de ambos lados. El Ministerio español ha aireado públicamente
ciertos aterrizajes e invita al pueblo dar parte de estas conexiones. Casi todo el planeta se toma en serio los avistamientos de los Ufos, pero claro, siempre hay un pero, porque la Cía y muchos más los archivan y estudian racionalmente, limitándose a eso. Pero, no nos dan también mensajes espirituales y quisieran influir en nosotros que cambiemos nuestra vida tan material y dejemos de experiencias atómicas, que dejemos nuestra agresividad y dejemos nuestro miserable comportamiento hacia el prójimo.

Mientras la Nasa y el Prof. Carl Sagan han puesto dos sondas del tipo Voyager, que se lanzaron hace años, para empezar un viaje de muchos años en nuestro propio sistema solar y otros lejanos confines. ¿Saben a dónde se dirigirán después de haber salido de nuestro sistema solar? A Alfa Próximo Centauro. Después de dejar al gran planeta Saturno, que a pesar de que la sonda no transmite datos por «interferencia de una sonda soviética», puedo ya adelantarse, como esotérica, que su satélite «Titán» nos guardará unas cuantas sorpresas, igualmente que los satélites de Júpiter lo han demostrado ya, que hace 12 años lo dije reiteradas veces, pero me había adelantado demasiados años. Adamski se adelantó muchos años, tanto, que en el año 54 preparó un encuentro entre Gobierno y extraterrestres con visibles maniobras por parte de los extraterrestres y por fin, pude desvelar porqué Adamski está enterrado en Arlington y que nadie ha podido revelar hasta ahora:

«A expreso y particular deseo del expresidente...»
CAROLE RAMIS

Revista Karma-7: Entrevista a Tomás Gilsanz

En el número 76 de la revista Karma-7, marzo de 1979, encontramos una breve pero interesante entrevista al pintor Tomás Gilsanz (1931-2016) ...