miércoles, 10 de agosto de 1977

Carole Ramis: Arte esotérico, las joyas mágicas

Este artículo se remonta al número 57 de la revista Karma-7 aparecido en agosto de 1977. En esta ocasión Ramis nos habla de su faceta artística relacionada con la joyería, cómo no podía de ser de otra forma totalmente vinculada a sus creencias esotéricas. Siempre recordaré que su forma peculiar de expresarse es debido a que su idioma natural era el alemán.

Víctor Estrada

ARTE ESOTÉRICO

LAS JOYAS MÁGICAS

Carole Ramis luciendo collar formado con
marfiles antiguos de África.

Tengo un pequeño genio a mi lado. Lo descubrí a través de la tabla ouija, que transmite pensamientos por letras. Le pregunté de qué se nutre. Me dijo: de mis creaciones, de las esculturas y joyas.

Recordé mucho a los Alquimistas de la Edad Media, que tenían sus genios al lado y les ayudaron en mal o en bien, según el interior positivo o negativo del ser humano; o sea, que es el fiel reflejo de la persona. Si le nutro con pensamientos agresivos, inmorales, etc., así se formará esta partícula cósmica.

A mí me encanta que se formara a través de creaciones artísticas, estéticas y bellas. Le pregunté cómo se llamaba y me dijo que yo tenía que darle su nombre. Esto depende en qué elemento te estás formando, y me dijo que es del elemento agua y aire. Es curioso, ya que yo soy astrológicamente signo de agua, y mi ascendente, signo de aire. Como es el elemento agua lo que más amo, y siento veneración por los delfines, le dije:

'Te llamaré Delfín". Tú serás Delfín. ¿Te gusta el nombre? Me dijo que sí, y que sería de sexo masculino.

Pregunté a mi genio si le gustaban mis creaciones basadas en las caracolas de nácar blanco, "sí, mucho" —contestó—. Y las realizadas con cono. Le entendí inmediatamente, porque cada vez que hago alguna pieza con coral, pienso que es un crimen el saquear los mares devastando los arrecifes de corales. ¿No es una maravilla el futuro niño-genio como ya sabe protestar en bien?

Le pregunté también, si me puede ayudar en la creación de mis joyas, y dijo que aún no; me ayudaría cuando su formación se haya verificado del todo. Ahora viene el momento sumamente delicado, porque según sean mis pensamientos, podría crear un ser fabulosamente espiritual y bondadoso, o un ser decantado a la parte negativa. Esto me recuerda la novela "El retrato de Dorian Gray", que sólo supo dirigirse a la destrucción de sí misma, ya que una vez dentro del círculo vicioso, es muy difícil la salida.
Con esta pequeña historia quiero manifestar que no es extraño que en mis joyas hay algo mágico. Una magia positiva, que da suerte a las personas que las llevan. Los diferentes metales como el oro del astro Sol, la plata de la Luna, estaño de Júpiter, cobre de Venus, hierro de Marte, etc., tienen en nosotros su influencia benigna. Los minerales, las piedras preciosas, y también las semipreciosas, tienen un influjo mágico sobre la persona que las lleva, dependiendo del mes de su nacimiento. Así, aunque la apariencia de mi orfebrería, se asemejan a otras joyas, deseo decir que las mías llevan una carga psíquica que las singulariza. He observado que éstas adquieren fluido mágico benigno; siempre les hablaré de influencia benigna, muy lejos de la tan mal interpretada magia negra. Cuando he llevado de dos a tres días la joya o amuleto encima mío, es cuando se impregna de fluido magnético. Tienen que saber de dónde viene la palabra "magia" y lo que significa.


Nefertiti con la piedra lunar diseñada por
Carole Ramis.
Magia viene de magisterio, de "magister", es decir, que el mago, era antiguamente el hombre que poseía un magisterio sobre las leyes del Universo, y sobre la utilización práctica de las fuerzas de la naturaleza. Estos magos de antaño sabían que todo el Universo es energía, y, que esta energía, se puede moldear con el pensamiento, creando una forma mental, un designio que puede encerrarse en un pedazo de materia. Es de ahí de donde proceden los amuletos y talismanes.

Los que están poco instruidos sobre estas cosas, creen que todo es pura superstición. Pero no es así. La sabiduría antigua conocía perfectamente el poder de los amuletos, talismanes y pantáculos.

Cada una de mis joyas lleva encerrada una virtud que ha de influir en la vida de quién sea portador de ella. Como yo he trabajado personalmente el metal, mis energías, sumadas a las energías que circulan por el universo, se han fundido ya hacia una calidad algo especial, y puedo narrar algunos hechos verídicos. Es sobre una piedra lunar que tengo, engastada en oro, zafiros y rubís; de aspecto algo insignificante pero misterioso. Después de una exposición, me la querían quitar, y con excusas y mentiras, me la quitaron de momento con el pretexto de querer analizarla, con la esperanza que accediera a venderla. Yo sabía entonces y sé ahora que esta joya no la venderé nunca, ya que es mi propio talismán para mi propia suerte. Lo tengo que explicar así, detalladamente, para que el lector comprenda un poco mejor lo que sucedió después. Porque comprender del todo es imposible; lo enseñé y expuse el caso ante afamados Parapsicólogos, que en vano buscan una aclaración satisfactoria. No la hay. También es la primera vez que lo explico en un periódico; hasta ahora solo lo conté a mis amistades. Bien el caso es que cuando me devolvieron la piedra lunar, (después de la indebida retención), vi atónita, que habían quedado estampados —como fundidos—, mis iniciales en la misma piedra. Una C.R. Hubiese sido imposible el hacerlo por nadie, y menos naturalmente, por la persona que quería esta pieza a toda costa. No existían las iniciales C.R. antes de engarzar en oro la piedra. ¡La piedra quería estar en mis manos!

Escarabajo sagrado.
Hace poco, Concha Márquez Piquer, me compró un talismán para su marido, Curro Romero. Ella, muy sensible, intuyó enseguida que mis joyas tienen un fluido especial, y me dijo que quería regalarle una, para que tuviera suerte en las próximas corridas. Al volver otra vez a Madrid, lo primero que me dijo fue que Curro tuvo mucha suerte en la última Feria de Sevilla, ya que cortó todas las orejas; ya no se la quitará más de encima —me dijo—, e incluso se baña en el mar con ella.

Volviendo a dar una explicación sobre los metales, se puede concretar que el oro es el metal solar y solo admite ideas de grandeza, de elevación, de dignidad, de rango y de espiritualidad. La plata, metal lunar, admite mensajes de fidelidad conyugal, de salud y longevidad para la mujer, ideas de protección del hogar, de memoria e imaginación creadora. El ágata, diamante, ópalo o cobre, influidos por Venus, son formidables transmisores de mensajes de amor, y así, sucesivamente los demás metales y piedras.
Para realizar una joya mágica —que no es tan fácil como parece—, se deben trabajar los diferentes metales en las horas planetarias propicias para cada una de ellas, y, concentrarse como si de una plegaria se tratara, a fin de dirigir la voluntad, ayudada por la imaginación hacia el objetivo que se desea ver cumplido. Al final, una vez la obra terminada, se consagra mediante una simple ceremonia.
Caracola de nácar sobre un trozo de meteorito.
Antiguamente, abundan múltiples testimonios de este tipo, y los adeptos de la magia —que no deben ser confundidos con la brujería—, no se reclutan entre los ignorantes, sino entre los monarcas y sumos sacerdotes de la antigüedad. La magia ha estado siempre en manos de una élite, aunque en ciertos períodos oscuros, falsas élites la hayan criticado.
Mis joyas tampoco aumentan el valor material por llevar cargas psíquicas; no aumentan porque los auténticos magos, en todas las épocas, no han cobrado jamás un centavo por ejercer su arte magno. Lo han ejercido para el mayor bien de la humanidad, y sin esperar recompensa alguna por ello. Yo me consideraré suficientemente recompensada, si la persona que lleva la joya ve modificada constructivamente su vida en este sentido que ella desea. Para mí tampoco representa un trabajo ejercer este mágico ritual, ya que forma parte de un ejercicio espiritual encaminado a obtener el autodesarrollo interior. Resulta maravilloso abrirme a las fuerzas cósmicas para que penetren dentro de mi alma, y salgan de ella para incrustarse en el metal, en la piedra, y expresar una virtud. Para mí es la única forma, como los alquimistas medievales, el alcanzar la espiritualidad a través de las transmutaciones mágicas. Si puedo contribuir con mis joyas y talismanes a dar estos mensajes consideraría ampliar mis horizontes hacia metas invisibles pero existentes.

Carole Ramis

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