domingo, 11 de noviembre de 1973

Acerca de los enigmáticos seres vistos a través de T.V. en los alunizajes, Carole Ramis

Actualización: 4 de abril del 2019
En la revista Karma-7 nº 12, a parte del artículo dedicado a los astronautas, Ramis también escribió sobre un acontecimiento muy sorprendente que vivió mientras presenciaba, en directo por la televisión, la llegada del hombre a la luna en 1969. Esta curiosa experiencia fue corroborada por otras personas de España y otros países. Recientemente descubrí alguno de los dibujos que tenía guardados Carole de ese evento, seguramente los hizo ella misma, y he pensado que sería buena idea incorporarlos en el artículo.

Víctor Estrada


ACERCA DE LOS ENIGMÁTICOS SERES VISTOS A TRAVÉS DE T.V. EN LOS ALUNIZAJES

Creo que todos ustedes recordarán el día 21 de julio de 1969. Para mí, personalmente, era el día más emocionante de mi vida y por eso estaba sentada delante del televisor.

Dibujo de Carole Ramis
representa la figura que vio en televisión
Aunque la espera fue muy larga, por fin Neil Armstrong y Aldrin pisaron la Luna a las 4 menos 10 minutos de la madrugada (hora española) para pasar a la inmediata exploración de nuestro satélite.

Se abre la escotilla y se ve a Armstrong bajando lentamente por la escalera, empieza a pisar con precaución el suelo, vuelve a subir el pie, vuelve a bajarlo y en este preciso momento veo, completamente nítido y detrás de él, una misteriosa figura como humana, pero esotérica y puramente espiritual; inmediatamente me di cuenta que moraba en planos más elevados a los nuestros, pero en este momento no era transparente.

Su mirada era de asombro y nada hostil. Su pelo era blanco y tenía una larga barba puntiaguda que tapaba el escote de un traje color marrón con ribetes blancos, los pies no se veían pero era mucho más alto que Armstrong (puede que estuviera levitando), por esto de su altura, los oíos muy grandes redondos con mirada fija, pero no hacia Armstrong, sino a la lejanía, se puede decir como si estuviera mirando hacia los telespectadores.

En los primeros 2 segundos tomé lo que veía como normal pero entonces me sobresalté, diciéndome esto no puede ser, dicen que la Luna no está habitada, 2 segundos más y el ectoplasma se desvaneció, las partículas de energía se deshicieron en milésimas de segundo.

Para no olvidarlo lo dibujé inmediatamente (dibujo que acompaño), dibujé todos los detalles tal y como mi percepción extrasensorial lo había concebido. Pero qué equivocada estaba en aquel momento de pensar que se me podía olvidar, hoy que lo estoy escribiendo para KARMA-7 han pasado 4 años y todavía lo veo tan preciso y exacto como en aquel preciso instante.

Posteriormente me retuve de explicarlo a nadie, incluso iniciados en esta ciencia, por si hubiera sufrido una alucinación, pero un día no pude retenerlo más y se lo conté a mi buen amigo Antonio Ribera, que me aconsejó mandar el dibujo al CIOVE de Santander, ya que su amigo, el pintor Fernando Calderón vio el 4 de agosto de 1971 (¿Apolo?) otra cara similar a la mía y muy curiosa. CIOVE me contestó afirmándome que mi aparición también había sido vista por otras personas, incluso en Francia.

El extraño ser visto por Fernando Calderón también fue visto idénticamente en Nueva York.

Esta aparición sumamente espiritualizada me ha hecho pensar mucho, estudiar e indagar mucho, hasta que encontré los libros de Jacob Lorber (1800-1864), austríaco que escribió durante 25 años 25 tomos, en los que describía exactamente los mismos seres que habitaban en la Luna, llegando a la conclusión que son espíritus y que viven todos en planos más elevados y naturalmente en otras dimensiones. También dice Lorber que el ser humano no puede percibirlos, excepto si tiene la facultad de poder recibir percepciones extrasensoriales.


CAROLE RAMIS

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